jueves, 9 de diciembre de 2010

Crónica de una compra de zapatos

Hace un tiempo (y en repetidas oprtunidades) me llegó un mail/cadena haciendo una comparativa entre el hombre y la mujer, en una de cuyas diapositivas se mostraba la siguiente imagen:


Ayer tuve la experiencia de vivir la situación en carne propia. Llegamos con Flavia al Shopping dispuestos a comprar un par de zapatos de fiesta en el local de calzado femenino X. Peeero (siempre hay un pero), entramos por el estacionamiento del tercer piso, y el local está en el primero, por lo cual, antes de llegar al mismo, recorrimos todos los locales de los pisos previos, por las dudas nomás. Admito que la arquitectura de los shopping se presta a esto, esta diseñado en forma laberíntica de manera tal que para ir del punto A al B uno tenga que recorrer casi todo el establecimiento. En fin, el tema es que cuando arribamos al local X, no solo no compramos el par de zapatos, sino que seguimos recorriendo el shopping para ver si encontrábamos otros mas lindos. Cuatro horas y media y seis bolsas después (de las cuales, obviamente, ninguna tenía ni el taco de un zapato), terminamos en otra zapatería comprando el mismo modelo de zapatos que habíamos visto un día antes en un local abajo de nuestro departamento.


¿¿Alguien me explica como funciona la mente femenina??

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